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La robótica, programación e impresión 3D, impulsarán el futuro profesional

El mercado laboral se está transformando y la renovación e incorporación de nuevas competencias serán algo obligatorio para adaptarse al entorno laboral digital.

Las nuevas profesiones que han surgido como consecuencia de la revolución digital se posicionan con firmeza: analistas y programadores necesitarán multiplicar por 15 su fuerza laboral para 2020. También los profesionales de la impresión 3D experimentarán un fuerte crecimiento de su demanda. Así mismo, la robótica será una de los sectores más solicitados: robotistas, nanorobots, drones o ciberseguridad moverán un volumen global de 75.000 millones de euros en los próximos diez años, según Merrill Lynch.

Beneficios de aprender a programar a edad temprana

1. Enseña a pensar: aprender a programar potencia el pensamiento científico, computacional, sistémico y analítico.

2. Estimula la creatividad y el trabajo en equipo: los alumnos ya no son solo usuarios, ahora se convierten también en creadores. Iniciándose en la programación, desarrollan desde muy jóvenes una sólida capacidad de razonamiento creativo, que les permitirá en el futuro abordar retos personales y profesionales desde una perspectiva global e innovadora.

3. Afianza su autoestima, confianza y autonomía: al transformarse en creadores y no solo observadores, comprueban las infinitas posibilidades que les brinda la tecnología y son conscientes de los que pueden llegar a hacer por sí mismos.

4. Favorece y enfoca su atención: evitando la dispersión y la distracción, muy propia de esas edades.

5. Les aporta un valor diferencial: los niños que saben programar tienen una ventaja competitiva frente al resto. Esto les aporta un valor diferencial en un entorno cada vez más competitivo, donde los conocimientos tecnológicos y digitales son fundamentales para progresar.

6. Interiorizan la cultura digital.

7. Despierta su curiosidad respecto a materias científicas: al desarrollar sus propios inventos con sus conocimientos, experimentan ellos mismos el fin práctico de materias como el lenguaje matemático, la física, etc. Esto despierta su interés por estas y otras disciplinas relacionadas que a menudo no suelen gustar a los niños. Y puede ser la antesala de una vocación científica temprana.

“La programación se complementa con la robótica y forman un binomio ideal para los más pequeños. Ya que ellos mismo comprueban que lo que han programado se convierte en una realidad mediante la construcción de un robot, además desarrollan el pensamiento lógico y la resolución práctica de problemas”, señala Rafa Conde, director de innovación, Estrategia y Nuevas Tecnologías de Vector ITC Group. ”Con la robótica los niños disfrutan y se divierten mientras potencian su creatividad y sientan las bases de un pensamiento crítico que será esencial para su crecimiento personal y profesional”, añade.

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